El camino de la comprensión de la realidad es un camino sin
final. El proceso es similar a una aproximación asintótica. Nuestro
conocimiento es la función y la realidad es la asíntota. Con esta consideración
podemos acotar el problema con las siguientes afirmaciones:
-Jamás llegaremos a un conocimiento completo de la realidad
por la vía de la razón y el método científico.
-El conocimiento científico es como una isla en medio de un
mar infinito que es la realidad. La superficie de la isla es nuestro bagaje de
conocimiento y el perímetro de costa es la frontera de nuestro conocimiento, o
sea las preguntas sin respuesta.
-A medida que crece nuestro conocimiento aumentan nuestras
preguntas sin respuesta, o sea, cada vez somos más conscientes de nuestra
ignorancia.
-Este proceso sin final tiene un final imposible que es la
última respuesta, sin más preguntas sin resolver.
-Sin duda la última pregunta es la existencia de Dios.
-La última respuesta es también sin duda SI. Para llegar a
responder esta última pregunta sería necesario llegar a la omnisciencia. En
esta situación imposible el ser humano respondería SI a la pregunta pues sería
él mismo Dios.
-Jamás llegaremos a esta situación. Es más siempre estaremos
infinitamente lejos de ella. Incluso el pensar en la posibilidad de que nos
acercáramos algo es un acto de soberbia infinita de una especia denominada Homo
Sapiens Sapiens, cuyo nombre ya denota un toque de soberbia.
-Por lo tanto la razón y el método científico nunca llegarán
al final y siempre habrá lugar a la intuición como método de adquisición de
conocimiento.
-Jamás conoceremos la existencia de Dios a través de la
razón y siempre lo haremos (el afortunado que lo consiga) a través de la
intuición. Será por lo tanto un acto de fe.
-El camino del conocimiento científico no tiene final por lo
que podremos disfrutar muchas generaciones con él.
-En definitiva el final de este camino (el punto en el que
la curva del conocimiento toca a la asíntota de la realidad) es: Existe Dios,
soy yo. Este final es infinito e irreal. Se trata simplemente de una acotación
lógico-matemática, o sea, de un límite de la función conocimiento cuando el
proceso tiende a infinito.